Residuos
Tenía la certeza de que la amargura en la boca
al despertar y sentarme al borde de la cama
no era más que los residuos de lo que paulatinamente
muere uno por las noches.
Así como también estaba seguro de que las manchas
en la esclerótica de los ojos
eran la úlcera causada por las imágenes al no bajar la vista.
Lo callos en las manos:
ruinas de una fortificación donde camino a tientas.
Las arrugas del entrecejo:
pasillos de edificios donde y cuando se debe llorar.
Tenía la certeza de que al mundo se viene a algo.
Hoy no tengo seguro nada.
Me pongo los zapatos y camino.
Del poemario Primera persona: Ella.
Tenía la certeza de ...
...pero ya no recuerdo si estaba dormida o
despierta
preguntándome al borde de la cama
si la muerte -pequeña o grande-
era un paulatino residuo
de la noche o viceversa.
Si manchas escleróticas
alrededor de los ojos
me imedirían otra vez
alzar la vista
casi siempre, temerosa.
Si los callos en las manos
eran de tanto tensar nudos
o el sello
de amasar la tierra encogida
por dolores de parto...
Pero me resisto
a que las arrugas del entrecejo
me dibujen el edificio del llanto
al preguntarme
a qué vine a este mundo;
qué seguridad de algo he conseguido, al menos,
cuando me pongo los zapatos
y
camino.