jueves, 15 de mayo de 2008

¿Utopía de habitar la tierra entre dos orillas?

Habitar la tierra ...dos orillas ...utopía...

Para este viaje fantástico es necesario un posibilitador. En el caso de Odisea 2008 está dado por la acción de un zapato. Mi zapato es un borceguí que por aquellos azares del tiempo se puso frente a mí como diciéndome: "Aquí estoy, puedo llevarte".



Nada sabía yo de él anteriormente; pero como instancia prefiguradora del extrañamiento que implica o acompaña a este viaje, lo acepté.



Como primer obstáculo luego del "pacto" implícito con el borceguí tuve que buscar la forma de materializarlo, ya que él no habitaba (éste mi timón, mi mediatizador) otras geografías que las mentales. Por lo tanto y por indicación de la Gurú mayor (Mirta) me decidí a escribir la carta al único zapatero que ... Luego de mucho averiguar encontré sus datos y escribí, sabiendo que era difícil movilizar a este personaje que además sólo se dejaba seducir por el lenguaje metafórico:



Señor Gruñón


Peñasco Sombrío


Faro del Fin del Mundo


Su taller



Le envío estas líneas porque el corazón me estalla en lava volcánica. A tal extremo que de no haber sido por ello jamás hubiera acometido esta empresa entre épica y dislocada de escribirle esta carta.
Su currículum es aterrador: rústico y artista; constructor de sensaciones inimaginables y devorador de cementerios... Pero tendré que arriesgarme por mi extremada necesidad.
El caso es que es Ud y sólo Ud quien puede construir el par de zapatos que necesito. Se trata de un par de borceguíes que ha de entrar en mutación gozosa hacia sandalias de ligerísimos vegetales. Su alma ambivalente de prolíficas maravillas en contraposición con sombrías costumbres casi infernales bien podrá calibrar ambos extremos y lograr sin duda la transubstanciación que me es imperiosamente impuesta por las circunstancias.
Soy el alma de un par de borceguíes -como ya le dije- que veterano de Malvinas, he pisado la muerte en las helada carne de esas tierras; visto el horror del campo ensangrentado y acopiado esas imágenes como verdadero y furioso trauma... Sin embargo, me ha llegado la hora de la liberación: la hora-oportunidad de escapar de ese cerco. He sido invitado a una danza restauradora del ser -mi ser: no quiero el trauma, ni la sangre, ni la muerte- Este evento iniciático tendrá lugar al día siguiente del cambio de la forma borceguí a sandalia leve confeccionada en trama vegetal multicolor (el material obedece a la índole de música que gobernará esta verdadera danza resucitadora y al hecho de que se desarrollará a la luz de la luna sobre la tierra húmeda de un bosque patagónico.) Pero ... no podrá ser en modo alguno sino antes de la llegada de la ¡¡¡próxima luna llena!!! sY sobre la húmeda tierra de un bosque patagónico.
Señor Gruñón, ¡¡¡¡apelo a su costado artístico y constructor de sensaciones inimaginables!!! Es más solicitaré, cuando llegue al paraíso, durante la danza, un alquimia resucitadora para Ud en pago de lo que no tiene precio: un nuevo ser ...
El alma atormentada de un par de borceguíes

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